Orientadora | Profesora F.P | Doctorando

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Alternativas al libro de texto


Actualmente hay debates muy interesantes entre los profesionales de la enseñanza sobre sí debemos o no utilizar libros de texto. Algunos de nosotros, motivados por en la búsqueda de metodologías más eficaces, nos estamos cuestionando qué función cumple este recurso en nuestra labor docente y qué aporta a los alumnos en su proceso de enseñanza-aprendizaje.

No es el foro para decidir qué es mejor o peor, pero os invito a hacer un ejercicio de reflexión a cerca de nuestra propia práctica diaria: 

¿qué enseñamos?, 

¿cómo enseñamos?, 

¿cuál es el perfil de nuestros alumnos?, 

¿cómo creemos qué van a aprender mejor?.

Partiendo de estas cuestiones  y analizando la situación particular de cada uno es cuando realmente debemos plantearnos sí utilizar el libro de texto en nuestra asignatura es la mejor opción metodológica.

¿Qué ocurre sí decidimos no utilizarlo? 

Si bien es verdad, no utilizarlo va a su poner un extra de trabajo inicial para el profesor. Sin embargo, a largo plazo, las ventajas son evidentes.  Como alternativa al tradicional libro de texto, debemos tener una programación perfectamente estructurada (objetivos, contenidos, temporalización...etc.); una guía didáctica del profesor que guíe el camino que debemos seguir durante todo el curso.

Una de las principales ventajas que voy a destacar, desde mi práctica profesional, ha sido el principio de *flexibilidad. No utilizar un libro concreto me ha permitido elaborar una guía didáctica de mi asignatura combinando varias editoriales y otros manuales relacionados. No obstante, es un documento abierto que me permite actualizarlo en función a otros criterios (aparición nuevas corrientes pedagógicas, contenidos que resultan un eje motivador para los alumnos...etc.). De esta forma, cada curso voy haciendo pequeñas modificaciones. 

Otra de las ventajas, es que me permite trabajar otras habilidades con los alumnos durante el desarrollo de mis clases. El hecho de que los alumnos no utilicen libro, permite que su nivel atencional durante las clases sea más elevado. Aprenden, entre otras cosas, a trabajar los procesos de escucha activa, a tomar apuntes, a buscar contenidos (mediante la investigación), a elaborar esquemas y a participar más activamente. Debemos tratar de fomentar la interacción y una actitud activa en la que sean los alumnos los que hagan preguntas, los que razonen y los que hablen de los contenidos de la asignatura.

1 comentario:

  1. Eres una revolucionaria. ¡Te apoyo! Un buen profesor no tendria que tener apego con el libro de la asignatura.

    ResponderEliminar